jueves, 16 de agosto de 2012

BIENNESTAR:¿Mejor solo que mal acompañado?


La soledad puede llegar a ser muy perturbadora para quienes nunca han sabido convivir con ella de un modo ameno. No es nada extraño que haya individuos que pasen de una relación a otra sin el más mínimo problema.
Lo importante para estas personas no es lo que se sienta por el otro, sino espantar ese fantasma capaz de causar tantos problemas y desórdenes”, comenta la socióloga española Amparo Constanzo Díez.
Lo cierto, es que cada uno es responsable de sus decisiones y elecciones.“Una persona tiene que poder estar a solas para determinar qué quiere y qué no desea en su vida.
Desde pequeños nos dicen que hay que estar rodeado de gentes y nuestro grado de sociabilidad se mide por la cantidad de individuos que tenemos al lado, pero esto es una gran mentira.
Podemos estar rodeados de gente desconocida y no importa si son amigos o familiares. Que tengamos un entorno social nutrido no nos hace más sociables o más ermitaños si vivimos con poco contacto social exterior.
Hay que cambiar el enfoque de las cosas y de la supuesta realidad y sus verdades. Lo que importa en definitiva es cómo nos sentimos por dentro cuando estamos con determinadas personas.
El ser humano necesita de la gente, pero también de la soledad bien entendida que invita al análisis, a la sanación de problemas internos y al encuentro más importante de todos que es aquel que lo tiene a uno mismo como protagonista.
Hay que animarse a estar con uno mismo sin nadie más, practicar este encuentro y reflexionar cómo nos sentimos”, revela la especialista.
Estar con una persona que no aporta, suma o complementa es estar manteniendo una relación en vano.“Nada peor que estar en pareja y sentirse a solas. Muchos individuos prefieren saltar de vínculo en vínculo para evitar estar solos consigo.
Intentar eliminar de sus vidas cualquier situación que los enfrente con la realidad de la soledad, pero es imposible y tarde o temprano ocurre lo inevitable y lo que para ellos es una grave dificultad”, sostiene la profesional.



Natalia Fernandez



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